Mi soledad me ha aprendido a querer - Escritor Argentino - Andres Lacrosse - Superación Personal

Mientras camino por la calle, escucho decir que hay personas para toda la vida y pienso Guau, me encanta escuchar de labios de personas de más de 40 años, siempre sentí la necesidad de compartir mis creencias y mis aptitudes hacia la vida con alguien que pudiera entender lo loco de mi mundo. 

Quizás la vida tiene tantos golpes bajos que por más que seamos los mejores boxeadores vamos a terminar perdiendo por knock out, perdemos amigos, perdemos familia, perdemos parejas y muchas veces perdemos parte de nosotros mismos en el viaje. Ya no somos como antes, ya no toleramos cosas banales. Quizás esto lo descubras con el tiempo y entiendas porque las personas mayores casi han perdido todos los amigos. 

El problema es cuando esto nos pesa, cuando a pesar de haber tomado decisiones y haber entrado con la mejor espada a la batalla, y terminado victoriosos nos queda el sabor de una batalla con olor a derrota. 

Porque todavia no entendimos que la vida nos pone tantas trabas y tantas pruebas que al final hemos quedado solos, y nos enfrentamos a lo más hermoso de la existencia y descubrimos que siempre hemos estado en soledad, que cuando hacíamos las cosas de a dos en realidad era un espejismo capaz de engañarnos por un rato y hacernos creer que estábamos en el misma balsa con alguien cruzando el Atlántico. 

Pero no era así, siempre has estado solo. Siempre has compartido la vida con nadie. Desde el comienzo de tu existencia hasta este momento. Has aprendido y has perdido.

Hasta que de tanto perder momentos nos encontramos frente a frente con nuestra Soledad y ella que podrá ser una malvada o una hermosa princesa, depende como la imaginemos. 

Nos pondrá contra las cuerdas y nos hará despertar de este hermoso sueño. 

Como un cruento relato, ella nos contará que vivimos esperando cosas de otros, esperando momentos perdidos, imaginando cuentos que solo existen en fábulas de otro tiempo. Que nada es más precioso que el tiempo y que en él está el secreto de la vida, no pierdas momentos de felicidad por buscar aprobaciones. 

No perdamos este día, porque los años se cuidan solos pero los días se viven perdiendo. Y cada paso que enfrentamos es un centímetro menos hacia el destino que nos aguarda. 

Ella también está de acuerdo conmigo y me susurra al oído que ya he sufrido bastante por esperar. Me arroja al la cara la frase que termina de cerrar el rompecabezas. 

Vive sin expectativas y vivirás eternamente. 

Y entendiendo con mi limitada mente que ella quiere lo mejor para mí, como nunca alguien lo ha querido y que desparrama sus palabras sobre mí, como una consejera cariñosa, para sienta la felicidad verdadera y genuina, inalcanzable para aquellas personas que depositan su felicidad en alguien más. 

Descubro por casualidad que estoy aprendiendo a amar mi espacio, mi tiempo, mi soledad y ella cautivada por tanto amor.

Ella ha empezado a quererme y yo me siento un privilegiado.

Andres Lacrosse