Mañanas olvidadas
Una mañana que no se soporta el tiempo, la humedad forma parte de un todo, desde temprano escucho los ruidos de internos que se mueven, miro por una pequeña ventana, para ver si divisó al encargado, quizás el tenga el mismo destino que yo, soportar con entereza los vaivenes de la vida, me cebo un mate y pienso en el ayer, que últimamente forma parte de todo mi hoy, siento que el mundo me muestra su cara más dura, por momentos maldigo mi suerte y en algunos instantes me alegro y doy gracias.
Escuché decir que la cárcel es un lugar de paso que es más bien un tratamiento para mejorar como personas e reinventarse en una sociedad cada vez mas violencia.
Siento que mis pensamientos circulan por caminos cada vez más tenebrosos, hago una pausa, cebo otro mate y espero, últimamente lo unico que hago es esperar..
Como un suplicio tan genuino y feroz, sospecho que pronto el tiempo formará parte de mi lado, que podré contar como una anécdota más estos momentos de angustia.
Se muy bien que nada de lo que sucede en nuestra vida es para siempre, que solo son instantes en nuestra mente, pero siempre pienso en el "mientras tanto".
Esperar y soportar, callar y escuchar, son leyes dentro del penal, si alguno las rompe se generan conflictos, problemas de toda índole forman parte del recinto, los presos no siempre están iguales y el afuera es adentro en un segundo, problemas con la pareja, la familia, los hijos, la falta de dinero, los asuntos que no podemos manejar desde dentro y que se magnífican aún más debido al encierro.
Aún así todas las mañanas me siento con esperanza, esperanza de un cambio, de un nuevo despertar, de una nueva oportunidad, que no solo me transforme con persona sino que además cambie el rumbo de mi vida para siempre.
Fragmento del nuevo libro.
"Desde la Cárcel" Andrés Lacrosse.
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