Fragmento de " Relatos que transforman tu vida "- Escritor Argentino - Andres Lacrosse - Superación Personal
“Sabiduría”
"La verdadera sabiduría está en reconocer
la propia ignorancia" Sócrates
La sabiduría muchas veces es menospreciada y subestimada por la gran mayoría de las personas, nos hicieron creer que los jóvenes no podemos ser sabios, que para ello tenemos que tener cierta edad y ciertos caminos recorridos, pero me gusta pensar que muchas veces la sabiduría está al alcance de muchas personas, y que ello, no determina la edad, ni la etnia, ni mucho menos de donde es la persona.Siempre me he interesado por los libros, me gusta pensar que detrás de cada uno de ellos se encuentra una historia , un pasado, un viaje, una persona capaz de cumplir sus metas y decidir en un momento dado, terminar su libro, esto también es sabiduría, muchas veces pensamos que “el sabio” es una especie de monje sentado en la entrada de un templo, que no solo conoce el misterio de la vida sino que siente el universo a su alrededor y que puede si él quiere claro, responder a nuestras dudas más inquietantes y más difícil de resolver; Quizás ese sabio esté dentro tuyo y solo tengas que saber cómo sacarlo y que revelé su sabiduría. Esta historia nos refleja a la perfección, cual es el ingrediente que nos hace falta para poder cambiar nuestra forma de pensar.
En la antigua Grecia existía un joven que deseaba llegar a ser sabio, había un rumor en toda la metrópoli, suponía que Sócrates era el más sabio de la región, este joven juntó sus cosas y marchó al encuentro del gran sabio, cuando llegó inmediatamente lo busco y lo halló en la vera de un río, pescando tranquilamente, se acercó y mirándolo directamente a su cara, le hizo la pregunta que tanto ansiaba ¿Cómo puedo llegar a ser sabio? Sócrates no levantó su mirada, siguió mirando su red de pesca que yacía en el fondo del río, esperando que alguna presa quede atrapada, con el fin de satisfacer su ansia de alimento, al no recibir respuesta de él, se sintió frustrado, pero asimismo volvió a la carga y le pregunto nuevamente ¿Cómo puedo llegar a ser un sabio como usted ? esta vez ante la insistencia del joven, Sócrates sin mirarlo le respondió , acompáñame, y sacándose sus sandalias de cuero, que solo usaba para ocasiones especiales se adentró en el río, el joven sin preguntar lo acompañó, como alguien que sigue a un líder.Cuando estuvieron a una mediana profundidad , Sócrates se acercó al joven y tomando con su mano la cabeza de él, la sumergió en el agua, el joven se sintió confundido, sabía que algo quería enseñarle, pero cuando hubo pasado un minuto debajo del agua, empezó a pensar si Sócrates, no quería terminar con su vida y librarse de un joven cuyas preguntas inquietaban al sabio, el joven empezó a forcejear y tratar de levantar su cabeza para poder respirar, cuando esto intentaba, Sócrates hundía mas su cabeza dentro del río, cuando el joven sentía que sus fuerzas se estaba debilitando ante la falta de aire, por fin el Sabio lo soltó, el muchacho respiro ansiosamente, como quien espera la primera bocanada de la mañana para despertarse, cuando se tranquilizó, el Sabio se acercó al joven y le preguntó ¿Qué fué lo que más deseaste cuando tenías la cabeza dentro del agua? El muchacho mirándolo, todavía con un poco de recelo le dijo: Aire desea Aire.Sócrates añadió: "Entonces cuando aspires a la sabiduría con las mismas ansias con que deseabas el aire, la recibirás".
A veces hay que darlo todo, para recibirlo todo, espero que en lo que emprendas, des lo suficiente para que si no funciona, al menos lo hayas intentado con todas tus ganas….
Andres Lacrosse
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